Hola bloggeros.
Primero disculparme por no haber escrito la semana pasada, es que estuve de viaje a mi pueblo adoptivo y regrese con multitud de ideas para escribiros.
Cazorla es un pueblo con mucha Historia y el artículo de hoy va a ir dedicado a este pueblo serrano increible.
EL ADELANTAMIENTO DE CAZORLA.
El hecho histórico mas importante de Cazorla es su Adelantamiento, podemos definirlo como un señorío que Fernando III concede en el SXIII al Arzobispado de Toledo, siendo este su dominador hasta principios del SXIX.
El origen de la concesión se sitúa en la insuficiencia de medios, materiales y personales, de los que el rey disponía para hacer frente a sus dos ejes de invasión: El valle del Guadalquivir, y la cuenca del Guadiana Menor, hacia Almería. La cesión tenía como objetivo implicar al arzobispado en la conquista del Reino de Granada1 y, de hecho, a partir de 1230 el arzobispo impulsó la toma de un gran número de castillos y la creación de una verdadera marca militar, a cuyo frente estaba un Adelantado, representante suyo, con plenos poderes civiles y militares.
Ocupaba unos 1.900 km2 del Reino de Jaén, en la cabecera de la falla del Guadalquivir. Sus límites eran:
• En el norte, las comarcas de Chiclana y Beas de Segura
• En el este, las cumbres de la Sierra de Castril y los territorios de la Orden de Santiago
• En el sur, el Guadiana Menor
• En el oeste, la Loma de Úbeda y la sierra de Cabra del Santo Cristo
En el Adelantamiento había 6 poblaciones principales, que servían de centro y apoyo a un buen número de fortalezas, atalayas o torres ópticas y castillos rurales. Estas villas eran: Cazorla, La Iruela, Villacarrillo, Iznatoraf, Villanueva del Arzobispo y Sorihuela del Guadalimar.
En una primera época, también se incluyó la ciudad de Quesada, que fue un tiempo su capital, aunque más tarde se transfirió al concejo de Úbeda.
Eslava Galán divide la historia del Adelantamiento en tres etapas:
• 1231-1495, que es la época de formación y esplendor del Adelantamiento.
• 1496-1618, que marca la decadencia del sistema de Adelantamientos y, a la vez, la creciente autonomía del Adelantado respecto del propio Arzobispo de Toledo.
• 1619-1812, en que la estructura civil del Adelantamiento se mantiene funcionando sin que ya exista un Adelantado militar al frente de ella. La Guerra de la Independencia Española, pone fin a su existencia.
La base del futuro Adelantamiento se establece con el otorgamiento por Fernando III al entonces arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada, experto guerrero, de la villa de Quesada y sus territorios. El primer objetivo tras la donación real, era la conquista de Baza, en terreno del Reino de Granada, y que le había sido prometida al arzobispo por el rey Fernando, para lo que Jiménez de Rada consiguió dos bulas papales de Cruzada, para quienes colaboraran en la empresa.3 Sin embargo, a raiz del Pacto de Jaén (1246), que estableció las fronteras entre ambos reinos, la conquista de Baza quedó prácticamente vedada (ya no se conquistaría hasta 1489), por lo que el arzobispado negoció la cesión por el rey de las plazas de Iznatoraf y Uceda, en 1252. La línea fronteriza se estableció al sur de Quesada, siendo los castillos de Tíscar y Huesa la vanguardia nazarí. El arzobispo intentó incorporar al Adelantamiento castillos de La Loma y Sierra Mágina (Sabiote, Garcíez, Jódar...) pero el obispado de Baeza se opuso tenazmente. No lo consiguió, por tanto, pero sí obtuvo la donación de Quesada y Toya.
En 1275, ante el evidente fracaso del Adelantamiento en su conquista del valle del Guadiana Menor, el rey Alfonso X concedió los derechos sobre la conquista de los castillos de la frontera sur (Tíscar, Huesa y Belerda), que amenzaban continuamente Quesada y, de hecho llegaron a tomarla en 1295 y 1302. Estos episodios impulsaron al rey Alfonso XI, en 1331, a quitar la villa al Adelantamiento y entregársela a la ciudad de Úbeda, junto con los castillos de Toya, Peal de Becerro y algunos otros. La capitalidad del Adelantamiento pasó entonces a la ciudad de Cazorla. La disputa entre Úbeda y Toledo por los lindes entre ambas villas, no se resolvió hasta 1384.
Finalmente, las tropas de Úbeda lograron completar la conquista del valle del Guadiana, y las citadas fortalezas fronterizas nazaríes, hacia la mitad del siglo XIV. A partir de este momento, el Adelantamiento dejó de ser fronterizo y comenzó su decadencia. No obstante, las guarniciones de las villas toledanas, todavía en 1546, sumaban más de 4.000 soldados y 1.000 caballeros.
Bibliografía:
• Rivera Recio, Juan Francisco: El Adelantamiento de Cazorla, Edit. Católica Toledana, Toledo, 1948
• Eslava Galán, Juan: Los castillos de Jaén, Ediciones Osuna, Granada, 1999, ISBN 84-89717-41-9.
CAZORLA
Es el municipio más grande y cabecera de la Comarca Sierra de Cazorla. Se encuentra en las faldas de la Sierra de Cazorla, coronando el valle del Guadalquivir. Ç
Alrededor del 2.000 a. C., en las terrazas más antiguas del río Cerezuelo de Cazorla, se establecen los primeros poblados estables. Cerca de aquí, en un cerro conocido como la Loma del Bellotón, se ubica un pequeño poblado de la cultura del Bronce (1.500 a. de C.). La cultura Ibera se desarrolló de manera importante en éstas tierras.
Durante la romanización, los romanos se asentaron en esta región, conocida como “Saltus Tugiensis”, nombraron sus sierras como “Mons Argentarius”, por la riquezas de plata y sal que encontraron aquí. La presencia romana es muy amplia en la comarca e, incluso, se han encontrado algunos restos importantes dentro del mismo casco urbano de la actual Cazorla.
Durane la ocupación musulmana, tanto cazorla como las localidades vecinas se van a fortificar, como indican los restos arqueológicos encontrados.
El Señorío de Cazorla fue durante la Edad Media un enclave fronterizo de gran importancia. Testimonio de ello es la tupida red de castillos y fortalezas que delimitaron el Adelantamiento creado en 1231, con la donación de la villa de Quesada y sus aldeas por Fernando III el Santo al prelado de Toledo.
En los siglos XVII y XVIII se originaron pleitos entre la Corona y la Mitra por cuestiones de jurisdicción, fueros y rentas que empobrecieron el Señorío. En 1811, las Cortes de Cádiz abolieron la jurisdicción civil de la Mitra Toledana sobre estas tierras, aunque no ocurriría lo mismo con la eclesiástica. Cazorla y las demás villas y aldeas del Adelantamiento seguirían dependientes del arzobispado de Toledo hasta 1954.
Durante la guerra de independencia, los vecinos de esta Comarca se distinguieron por su patriotismo, luchando heroicamente contra el invasor. Restos de la crudeza del momento, son las ruinas de la iglesia mayor de Santa María, que fue destruida por el invasor. Como premio a tan altos servicios, las Cortes Generales de Cádiz, concedieron, el día 1 de abril de 1813 a la Villa de Cazorla, el título de Ciudad, con la distinción de "Muy Noble y muy Leal". Más tarde Alfonso XII recompensó la fidelidad de Cazorla a la Corona, cuando las guerras carlistas, otorgando a su Ayuntamiento la categoría de Excelentísimo.
La Tragantía es una leyenda del pueblo de Cazorla sobre la reconquista de la ciudad.
La leyenda trata de una princesa mora encerrada en las mazmorras del Castillo de la Yedra por su padre el rey del Castillo. Ante el inexorable avance de las tropas cristianas éste encerró a la princesa en una cueva cercana al castillo tapiando la entrada con la intención de rescatarla cuando las tropas cristianas se hubieran marchado, refugiándose él con su tropa en la cercana sierra que rodea al pueblo. Sin embargo las tropas cristianas alcazaron al rey y a su séquito dando muerte a todos ellos y ocuparon la población de Cazorla.
La princesa aprisionada en la cavidad, ignorada por todos, según cuenta la leyenda, a causa de la oscuridad y la humedad se metamorfoseó mitad en lagarto mitad mujer, y desde entonces permanece en la cueva de la que sólo sale las noches de San Juan, en las que se puede oir su lamento:
Yo soy la tragantía
hija del rey baltasar,
quien me oiga cantar
no verá la luz del día
ni la noche de San Juan.
WEB RECOMENDADAS:
www.cazorla.net
www.aceitescazorla.com
www.turismoencazorla.com
martes, 15 de junio de 2010
martes, 1 de junio de 2010
Historia y vacaciones.buena mezcla
Estimados blogeros.
Ya tenemos el calor encima y es época de playa, playa, niños, niños y mucho tinto de verano, y aunque casi sea delito algún cigarrito.
Me gustaría escribiros en este inicio del calor unas reflexiones a cerca de nuestro turismo.
Estamos en un gran país España que ofrece muchas posibilidades de turismo, incluso para la Historia. Yo tengo la inmensa suerte de poder escoger entre montaña, Cazorla, playa Fuengirola y hoy vamos a reflexionar sobre el Turismo basado en la Historia. Por cierto la Historia que tenemos aquí no la encontramos alende los mares y sería importante en estos momentos de crisis que el dinero que gastemos, lo gastemos aquí.
La montaña evoca tiempo de Reconquistas, Batallas como la que podemos apreciar en las Navas de Tolosa en el paso natural de Despeñaperros en Venta de Cárdenas. También conocida como la Batalla de los Tres Reyes.
También podemos hablar de Adelantamientos como el de Cazorla en Jaén que fue frontera con renos enemigos durante muchos siglos y de cuyos fueros y normas emanaron importantes leyes para la gestión y explotación de los Montes y sus recursos.
Hablar de Montaña es hacerlo de Castillos, reyes, princesas, cacerías. Mas reciente bandoleros refugiados en sus cuevas. Podemos ver muy buenos castillos en Jaén, el de la Capital Santa Catalina, el de Canena, los de Cazorla y la Iruela.
Bajemos ahora a la costa. O subamos si es al norte, siempre pensando desde Madrid.
El Mar, La Mar, los océanos, la primera y última frontera entre la tierra y nuestros sueños. De puerto a puerto, de Bilbao a Cádiz, nuestra industria y nuestra tacita de plata llamada así por las monedas que el mar exportaba a las costas del malecón gaditano.
El Mare Nostrum está plagado de naufragios de todos los tiempos cuyos restos pueden ser admirados en los Museos locales. Málaga ciudad Alcazaba, de grandes bellezas. Fuengirola cuyo Sohail domina sus playas y debajo de su castillo unos caladeros fenicios que se entremezclan con la arena y nuestra diversión a modo de testigos mudos de la Historia.
Mucho y bueno ofrece España, mucho por descubrir y obsequiar a los nuestros con un gran verano de sol, noche, calidad, diversión y por supuesto nuestro Rincón de la Historia.
Nos leeremos el martes próximo.
Ya tenemos el calor encima y es época de playa, playa, niños, niños y mucho tinto de verano, y aunque casi sea delito algún cigarrito.
Me gustaría escribiros en este inicio del calor unas reflexiones a cerca de nuestro turismo.
Estamos en un gran país España que ofrece muchas posibilidades de turismo, incluso para la Historia. Yo tengo la inmensa suerte de poder escoger entre montaña, Cazorla, playa Fuengirola y hoy vamos a reflexionar sobre el Turismo basado en la Historia. Por cierto la Historia que tenemos aquí no la encontramos alende los mares y sería importante en estos momentos de crisis que el dinero que gastemos, lo gastemos aquí.
La montaña evoca tiempo de Reconquistas, Batallas como la que podemos apreciar en las Navas de Tolosa en el paso natural de Despeñaperros en Venta de Cárdenas. También conocida como la Batalla de los Tres Reyes.
También podemos hablar de Adelantamientos como el de Cazorla en Jaén que fue frontera con renos enemigos durante muchos siglos y de cuyos fueros y normas emanaron importantes leyes para la gestión y explotación de los Montes y sus recursos.
Hablar de Montaña es hacerlo de Castillos, reyes, princesas, cacerías. Mas reciente bandoleros refugiados en sus cuevas. Podemos ver muy buenos castillos en Jaén, el de la Capital Santa Catalina, el de Canena, los de Cazorla y la Iruela.
Bajemos ahora a la costa. O subamos si es al norte, siempre pensando desde Madrid.
El Mar, La Mar, los océanos, la primera y última frontera entre la tierra y nuestros sueños. De puerto a puerto, de Bilbao a Cádiz, nuestra industria y nuestra tacita de plata llamada así por las monedas que el mar exportaba a las costas del malecón gaditano.
El Mare Nostrum está plagado de naufragios de todos los tiempos cuyos restos pueden ser admirados en los Museos locales. Málaga ciudad Alcazaba, de grandes bellezas. Fuengirola cuyo Sohail domina sus playas y debajo de su castillo unos caladeros fenicios que se entremezclan con la arena y nuestra diversión a modo de testigos mudos de la Historia.
Mucho y bueno ofrece España, mucho por descubrir y obsequiar a los nuestros con un gran verano de sol, noche, calidad, diversión y por supuesto nuestro Rincón de la Historia.
Nos leeremos el martes próximo.
martes, 25 de mayo de 2010
factores de la romanización de Hispania
La romanización es Hispania.
Queridos blogeros, en especial a los que me contestáis. Muchas gracias por leer estas líneas.
Bueno hoy vamos a escribir sobre la romanización de Hispania, la verdad es que de Nápoles volví inspirado y he decidido empezar a profundizar mediante nuestro blogg en la influencia Romana en Hispania.
Roma desembarco en nuestras costas debido a las guerras que mantenía con Cartago por la primacía en el mediterráneo y al desembarcar contemplo las mil posibilidades que ofrecía la Península y decidió establecerse.
Los diferentes medios de influencia de Roma fueron los siguientes:
El Derecho. Roma disponía de un ordenamiento jurídico muy complejo y completo que abordaba todos las circunstancias posibles. Los juristas debemos a Roma nuestro Derecho Civil, que es para muchos su principal herencia.
El ejercito. Los campamentos militares fueron muchos y este fue uno de los principales factores de mezcla de la población. Un buen ejemplo lo tenemos en la película Gladiator en la cual vemos como un general retirado reside en Emerita Augusta.
Las comunicaciones. Yo mismo pude apreciar como en las vías de Pompeya quedaron marcadas las huellas de los carruajes romanos como claro ejemplo de comunicación entre pueblos.
La Lengua. El Latín pieza clave del mundo romano. Una misma lengua es fundamental para la expansión de una civilización.
La unión económica. El sistema romano de Aureo, moneda de oro, Denario, moneda de plata, sestercio la de bronce, fue el empleado en todo el Imperio.
El comercio. El comercio tanto por mar como por tierra ayudo al intercambio de bienes y servicios mediante los barcos y las caravanas en tierra firme. Las ánforas marcaron estilo en el arte y las diferentes materias primas fueron clave en el auge del Imperio.
Seguro que se me olvida algún factor mas y es aquí donde entráis vosotros.
Dejarme comentarios para ampliar este artículo.
Un abrazo y hasta el próximo martes.
Queridos blogeros, en especial a los que me contestáis. Muchas gracias por leer estas líneas.
Bueno hoy vamos a escribir sobre la romanización de Hispania, la verdad es que de Nápoles volví inspirado y he decidido empezar a profundizar mediante nuestro blogg en la influencia Romana en Hispania.
Roma desembarco en nuestras costas debido a las guerras que mantenía con Cartago por la primacía en el mediterráneo y al desembarcar contemplo las mil posibilidades que ofrecía la Península y decidió establecerse.
Los diferentes medios de influencia de Roma fueron los siguientes:
El Derecho. Roma disponía de un ordenamiento jurídico muy complejo y completo que abordaba todos las circunstancias posibles. Los juristas debemos a Roma nuestro Derecho Civil, que es para muchos su principal herencia.
El ejercito. Los campamentos militares fueron muchos y este fue uno de los principales factores de mezcla de la población. Un buen ejemplo lo tenemos en la película Gladiator en la cual vemos como un general retirado reside en Emerita Augusta.
Las comunicaciones. Yo mismo pude apreciar como en las vías de Pompeya quedaron marcadas las huellas de los carruajes romanos como claro ejemplo de comunicación entre pueblos.
La Lengua. El Latín pieza clave del mundo romano. Una misma lengua es fundamental para la expansión de una civilización.
La unión económica. El sistema romano de Aureo, moneda de oro, Denario, moneda de plata, sestercio la de bronce, fue el empleado en todo el Imperio.
El comercio. El comercio tanto por mar como por tierra ayudo al intercambio de bienes y servicios mediante los barcos y las caravanas en tierra firme. Las ánforas marcaron estilo en el arte y las diferentes materias primas fueron clave en el auge del Imperio.
Seguro que se me olvida algún factor mas y es aquí donde entráis vosotros.
Dejarme comentarios para ampliar este artículo.
Un abrazo y hasta el próximo martes.
martes, 18 de mayo de 2010
INCREIBLE NAPOLES
estimados blogeros.
ya estamos otra vez juntos.
la verdad es que la experiencia napolitana no ha podido ser mejor. Nápoles es una ciudad marabillosa que ofrece a los amántes de la Historia oportunidades únicas.
todo lo que se escriba sobre Pompeya es poco. cuando uno pasea por sus calles se da cuenta de lo que fue el Imperio Romano. es una mezcla de incredulidad y pena puesto que uno es testigo de una tragedia.
a mi particularmente me impresionó la marca de los carruajes en las aceras de piedra, ruedas que antaño había portado las ilusiones de gente anónima. la comida carbonizada como esas aceitunas que uno puede ver en el Museo Arqueológico napolitano marcan al que las contempla.
el volcan escondido por el cielo encapotado no se dejo ver hasta el último día, pero fue marabilloso contemplarlo a modo de despedida.
recomiendo muy efusivamente la visita al Nápoles soterrano. un lugar increible en el subsuelo de la urbe italiana. podremos ver como la ciudad ha ido creciendo desde lo profundo. griegos, romanos, arabes y segunda guerra mundial se entremezclan en las profundidades.
es un teatro romano escondido en las cocinas de los edificios, si en las cocinas, puesto que se ahbre una trampilla del suelo y bajamos a la historia.
historia, belleza y gran gastronimía en una ciudad irrepetible.
ir a Nápoles bloggeros
ya estamos otra vez juntos.
la verdad es que la experiencia napolitana no ha podido ser mejor. Nápoles es una ciudad marabillosa que ofrece a los amántes de la Historia oportunidades únicas.
todo lo que se escriba sobre Pompeya es poco. cuando uno pasea por sus calles se da cuenta de lo que fue el Imperio Romano. es una mezcla de incredulidad y pena puesto que uno es testigo de una tragedia.
a mi particularmente me impresionó la marca de los carruajes en las aceras de piedra, ruedas que antaño había portado las ilusiones de gente anónima. la comida carbonizada como esas aceitunas que uno puede ver en el Museo Arqueológico napolitano marcan al que las contempla.
el volcan escondido por el cielo encapotado no se dejo ver hasta el último día, pero fue marabilloso contemplarlo a modo de despedida.
recomiendo muy efusivamente la visita al Nápoles soterrano. un lugar increible en el subsuelo de la urbe italiana. podremos ver como la ciudad ha ido creciendo desde lo profundo. griegos, romanos, arabes y segunda guerra mundial se entremezclan en las profundidades.
es un teatro romano escondido en las cocinas de los edificios, si en las cocinas, puesto que se ahbre una trampilla del suelo y bajamos a la historia.
historia, belleza y gran gastronimía en una ciudad irrepetible.
ir a Nápoles bloggeros
lunes, 10 de mayo de 2010
el rincon de la historia viaja a napoles
Queridos Bloggeros seguidores del Rincón de la Historia:
Nuestro pequeño Rincón de la Historia va a realizar próximamente un viaje a la marabillosa Pompeya y a la no menos espectacular Nápoles y su Costa Amalfitana.
Para un buen estudio de este tema recomiendo la Guía Visual de Nápoles de el País Aguilar, muy bien explicada y mejor ilustrada.
Nápoles ha tenido una gran influencia española que pasamos a comentar:
El reino paso de manos de la Corona de Aragón, a manos del rey francés, para volver a manos españolas tras la guerra 1500-1504 entre Francia y las Españas, en la que las tropas castellanas, lideradas por El Gran Capitán, derrotaron en Ceriñola a los franceses pese a la superioridad numérica de estos. El Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, fue el propulsor de las reformas militares que llevaron a la creación de "los tercios", tropas que dieron la superioridad militar a las Españas hasta el siglo XVII. Después de la muerte de Isabel la Católica, "el Gran Capitán" fue relevado del mando y volvió a la península Ibérica, mientras que el rey Fernando II "el Católico" de las Españas (como decía Maquiavelo), sustituye las tropas castellanas y a sus mandos por tropas procedentes de la Corona de Aragón.
El siglo XVI fue uno de los periodos más prósperos de la historia napolitana. Los virreyes españoles, que gobernaron el reino en nombre de Fernando II de Aragón, Carlos V y posteriormente Felipe II, restablecieron el orden entre la nobleza local. Entre esos virreyes es muy recordado el Conde de Lemos, Pedro Fernández de Castro y Andrade, que mandó construir la universidad, entre otros edificios y medidas recordadas. La población se incrementó en más del doble, hubo que alejar las murallas y construir nuevos barrios, como los famosos barrios españoles. La aristocracia levantó en esos muros palacios sontuosos, la Iglesia de la Contrarreforma numerosas iglesias y monasterios, mientras que el campo, en los alrededores del Vesubio, se salpicaba de residencias veraniegas. Su puerto era muy activo, y las galeras velaban por la libre circulación de los buques cristianos amenazados por los piratas berberiscos en el mar Tirreno.
A finales del siglo XVI, Nápoles se convirtió incluso en una de las bases de la ruta de Flandes, que abastecía de soldados y plata a las guarniciones españolas de Holanda. Este periodo de prosperidad se acabó en el segundo cuarto del siglo XVII. La bancarrota genovesa de 1622 perturbó profundamente la actividad económica del Imperio español, y de Nápoles en particular, donde los intereses genoveses eran importantes. Comprometida en guerras ruinosas, España aumentó la presión fiscal y Nápoles se rebeló en 1647.
La crisis del siglo XVII culminó en 1656 con la gran epidemia de peste que asoló en pocos meses Nápoles y la Campania. La capital perdió casi tres cuartas partes de sus habitantes y se quebró su vitalidad económica. Cuando en 1707, tras las vicisitudes de la guerra de Sucesión de España, el reino pasó bajo dominio del emperador de Austria, Nápoles no había recuperado todavía su nivel de población de antes de la peste.
Fernández de Córdoba y Aguilar (Montilla, 1 de septiembre de 1453 – Loja (Granada), 2 de diciembre de 1515) fue un noble, político y militar español, duque de Santángelo, de Terranova, de Andría, de Montalto y de Sessa, llamado por su excelencia en el arte de la guerra el Gran Capitán.
Militar español al servicio de los Reyes Católicos. Miembro de la nobleza andaluza (perteneciente a la Casa de Aguilar), hijo segundo del noble caballero Pedro Fernández de Córdoba, V Señor de Aguilar de la Frontera y de Priego de Córdoba, que murió muy mozo, y de Elvira de Herrera y Enríquez, hija de Pedro Núñez de Herrera, señor de Pedraza y de Blanca Enríquez de Mendoza, quien fue hija de Alonso Enríquez, Almirante de Castilla (hijo de Fadrique Alfonso de Castilla) y de Juana de Mendoza "la Ricahembra".
Gonzalo y su hermano mayor, conocido como Alonso de Aguilar o Alfonso Fernández de Córdoba, se criaron en Córdoba al cuidado del prudente y discreto caballero Don Pedro de Cárcamo. Siendo niño fue incorporado al servicio del príncipe Alfonso, hermano de la luego reina Isabel I de Castilla como paje y, a la muerte de éste, pasó al séquito de la princesa Isabel. La hermana de ambos cordobeses, conocida con el nombre de Leonor de Arellano y Fernández de Córdoba, casaría con Martín Fernández de Córdoba, Alcaide de Los Donceles.
Fiel a la causa isabelina, inició la carrera militar que le correspondía a un segundón de la nobleza en la Guerra de Sucesión Castellana y en la de Granada, donde sobresalió como soldado en el sitio de Tájara (plaza que también se conoce como castillo de Tajarja o torre de Tájara, situada en el actual pago de las Torres de Huétor-Tájar, Granada1 ) y la conquista de Íllora: Espía y negociador, se hizo cargo de las últimas negociaciones con el monarca nazarí Boabdil para la rendición de la ciudad a principios de 1492.
En recompensa por sus destacados servicios, recibió una encomienda de la Orden de Santiago, el señorío de Órgiva, provincia de Granada, y determinadas rentas sobre la producción de la seda granadina, lo cual contribuyó a engrandecer su fortuna.
En 1494 fallece el rey Fernando I de Nápoles, hijo de Alfonso V de Aragón, y es proclamado rey su hijo Alfonso II de Nápoles.
Carlos VIII de Francia decide que, para reconquistar los Santos Lugares (objetivo principal de muchos reyes coetáneos), debía conquistar los territorios de Italia. Para cubrirse las espaldas, firmó con el rey Fernando un tratado secreto, que, en las cláusulas difundidas, era una alianza contra los turcos, pero, en secreto, fue una alianza de amistad. Es decir, España no se interpondría a Francia en sus guerras salvo contra el Papa, lo mismo que haría Francia. Pero cuando Fernando descubrió las intenciones de Carlos VIII, actuó hábilmente, considerando a Nápoles un territorio infeudado al Papa, y por lo tanto, de su incumbencia. Fernando II de Aragón inicia una ofensiva diplomática para ayudar a su pariente, consiguiendo la aprobación del Papa de Roma y de Florencia y la neutralidad de Venecia
En 1495 se convoca a los puertos del Cantábrico y de Galicia para que aporten naves que debían concentrarse en Cartagena y Alicante, y ponerse a las órdenes de Galcerán de Requesens, conde de Trivento y general de las galeras de Sicilia.
Se reúnen 60 naves y 20 leños, y embarcan 6.000 soldados de a pie y 700 jinetes. Gonzalo Fernández de Córdoba se pone al frente de la expedición.
Salen a la mar con mal tiempo, y el convoy se divide en dos. El grupo de vanguardia, el de Requesens, llega a Sicilia, donde espera en Mesina la llegada de los transportes con las tropas, que llegan el 24 de mayo.
Pasa la flota a Calabria, ocupando Regio de Calabria y los pueblos circundantes. El rey de Nápoles, Alfonso, es derrotado en Seminara. Mientras Fernández de Córdoba maniobra con gran habilidad y tiene varios éxitos, entre los que se incluyen la larga marcha a Atella que le permitió llegar oportunamente a combatir, Requesens se presenta con sus galeras frente a la ciudad de Nápoles. El duque de Montpensier, lugarteniente de Carlos VIII, decide salir de las murallas de la ciudad para evitar el desembarco, y el pueblo de Nápoles, al ver salir a las tropas francesas, se subleva, teniendo que refugiarse los pocos franceses que quedaban en los castillos Nuevo y del Huevo. Aparece una flota francesa con 2.000 hombres de refuerzo, pero decide no enfrentarse a Requesens y desembarca a su gente en Liorna. Montpensier se ve obligado a retirarse hacia Salerno, y Nápoles cae en poder de los españoles.
Fallece el rey Ferrante II de Nápoles y le sucede su tío Don Fadrique.
Quedan en manos francesas Gaeta y Tarento. Requesens organiza dos escuadras, una con cuatro carracas y cinco naos que bloquea Gaeta, y otra con cuatro naos, una carabela y dos galeras para guardar la costa e interceptar socorros a los franceses. Esta última apresó una nave genovesa con 300 soldados y cargamento de harina.
Los venecianos cooperaban vigilando los puertos de Génova y Provenza.
En las filas francesas se declara la peste, de la que fallece Montpensier con muchos de sus soldados. Gaeta se ve obligada a capitular, pudiendo llevarse los franceses todas sus pertenencias. Embarcan hacia Francia, pero un furioso temporal hunde sus naves.
Una vez asegurado el reino de Nápoles para Don Fadrique, reúne a sus tropas con intención de disolverlas, pero el Papa le pide que le ayude. Un tal Menaldo Guerra, corsario vizcaíno, se había apoderado de Ostia y su castillo bajo bandera francesa, cerrando el Tíber y sometiendo a contribución a Roma. Las tropas españolas atacan y toman Ostia y su castillo, y el Papa Alejandro VI concede a Fernández de Córdoba la Rosa de Oro.
Después de tres años de campaña, en 1498 regresan a España las tropas españolas, dejando el reino de Nápoles en manos de Don Fadrique.
En esta campaña Gonzalo Fernández de Córdoba gana su sobrenombre de El Gran Capitán y el título de Duque de Santángelo.
Terminada la guerra, Fernández de Córdoba gobernó como virrey en Nápoles durante cuatro años, con toda la autoridad de un soberano. Fue instrumental en el envío a España como prisionero en 1504 de César Borgia , hijo del Papa español Alejandro VI (Rodrigo Borgia), que había sido envenenado en 1503, para su custodia en Chinchilla.
Pero al escapar éste en 1506 a Navarra y pasar de haber sido Obispo de Pamplona en su infancia gracias a su padre , a ser ahora Condestable de Navarra por su cuñado el Rey Consorte navarro Juan III de Albret, marido de la Reina Titular de Navarra Catalina I, quienes luchaban por evitar la absorción de su pequeño reino por una coalición navarra - castellano - aragonesa , César Borgia perdería la vida en la Batalla de Viana en marzo de 1507. Los beamonteses navarros verían más de un 80% del territorio del reino incorporado a los dominios de Fernando II de Aragón y de su nueva y joven esposa Germana de Foix en 1512 tal como propugnaban y en el interregno 1516 - 1520 a los de su nieto. Un importante miembro del Consejo Real de Juan III de Albret, colega de César Borgia, fue precisamente el padre del luego famoso Jesuita San Francisco Javier, enviado por el Fundador de la Orden San Ignacio de Loyola a India y Japón para evangelizar por los privilegios papales concedidos a los portugueses e implementados en la Cancillería para Asuntos de Oriente en Lisboa del Rey Juan III de Portugal "El Piadoso".
Muerta ya Isabel la Católica, se hizo el Rey Fernando el Católico eco de los envidiosos del general y, temeroso de que se hiciese independiente, le quitó el mando, y aunque no está demostrado que le pidiese cuentas; Gonzalo, para justificar que lo que se decía de él no era cierto, presentó unas cuentas (que se conservan en el Archivo General de Simancas) con tal detalle, que han quedado como ejemplo de meticulosidad en la lengua popular. Si es cierto, en cambio, que no cumplió a tan ilustre caudillo los ofrecimientos que le había hecho, pese a sus deseos de volver a Italia. Gonzalo entonces, se retiró a Loja, donde murió en 1515.
El Gran capitán fue un genio militar excepcionalmente dotado, que por primera vez manejó combinadamente la infantería, la caballería, y la artillería aprovechándose del apoyo naval. Supo mover hábilmente a sus tropas y llevar al enemigo al terreno que había elegido como más favorable. Revolucionó la técnica militar mediante la reorganización de la infantería en coronelías (embrión de los futuros tercios). Idolatrado por sus soldados y admirado por todos, tuvo en su popularidad su mayor enemigo
Aunque puede que no sea más que una leyenda, se cuenta que el rey Fernando el Católico pidió a don Gonzalo cuentas de en qué había gastado el dinero de su reino. Esto habría sido visto por éste como un insulto. De la respuesta hay varias versiones, la más común diría:
Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados; por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados; por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados; y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados.
Cierta la anécdota o no, la expresión las cuentas del Gran Capitán han quedado como frase hecha para una relación poco pormenorizada o para una explicación pedida por algo a la que no se tiene derecho.
De su matrimonio con María Manrique de Lara y Espinosa, tuvo una hija y única heredera, pues una hija anteriormente había sido asesinada por un consejero de la corte, ya que era su hijo al haber mantenido relaciones sexuales con María Manrique.
Nuestro pequeño Rincón de la Historia va a realizar próximamente un viaje a la marabillosa Pompeya y a la no menos espectacular Nápoles y su Costa Amalfitana.
Para un buen estudio de este tema recomiendo la Guía Visual de Nápoles de el País Aguilar, muy bien explicada y mejor ilustrada.
Nápoles ha tenido una gran influencia española que pasamos a comentar:
El reino paso de manos de la Corona de Aragón, a manos del rey francés, para volver a manos españolas tras la guerra 1500-1504 entre Francia y las Españas, en la que las tropas castellanas, lideradas por El Gran Capitán, derrotaron en Ceriñola a los franceses pese a la superioridad numérica de estos. El Gran Capitán, Gonzalo Fernández de Córdoba, fue el propulsor de las reformas militares que llevaron a la creación de "los tercios", tropas que dieron la superioridad militar a las Españas hasta el siglo XVII. Después de la muerte de Isabel la Católica, "el Gran Capitán" fue relevado del mando y volvió a la península Ibérica, mientras que el rey Fernando II "el Católico" de las Españas (como decía Maquiavelo), sustituye las tropas castellanas y a sus mandos por tropas procedentes de la Corona de Aragón.
El siglo XVI fue uno de los periodos más prósperos de la historia napolitana. Los virreyes españoles, que gobernaron el reino en nombre de Fernando II de Aragón, Carlos V y posteriormente Felipe II, restablecieron el orden entre la nobleza local. Entre esos virreyes es muy recordado el Conde de Lemos, Pedro Fernández de Castro y Andrade, que mandó construir la universidad, entre otros edificios y medidas recordadas. La población se incrementó en más del doble, hubo que alejar las murallas y construir nuevos barrios, como los famosos barrios españoles. La aristocracia levantó en esos muros palacios sontuosos, la Iglesia de la Contrarreforma numerosas iglesias y monasterios, mientras que el campo, en los alrededores del Vesubio, se salpicaba de residencias veraniegas. Su puerto era muy activo, y las galeras velaban por la libre circulación de los buques cristianos amenazados por los piratas berberiscos en el mar Tirreno.
A finales del siglo XVI, Nápoles se convirtió incluso en una de las bases de la ruta de Flandes, que abastecía de soldados y plata a las guarniciones españolas de Holanda. Este periodo de prosperidad se acabó en el segundo cuarto del siglo XVII. La bancarrota genovesa de 1622 perturbó profundamente la actividad económica del Imperio español, y de Nápoles en particular, donde los intereses genoveses eran importantes. Comprometida en guerras ruinosas, España aumentó la presión fiscal y Nápoles se rebeló en 1647.
La crisis del siglo XVII culminó en 1656 con la gran epidemia de peste que asoló en pocos meses Nápoles y la Campania. La capital perdió casi tres cuartas partes de sus habitantes y se quebró su vitalidad económica. Cuando en 1707, tras las vicisitudes de la guerra de Sucesión de España, el reino pasó bajo dominio del emperador de Austria, Nápoles no había recuperado todavía su nivel de población de antes de la peste.
Fernández de Córdoba y Aguilar (Montilla, 1 de septiembre de 1453 – Loja (Granada), 2 de diciembre de 1515) fue un noble, político y militar español, duque de Santángelo, de Terranova, de Andría, de Montalto y de Sessa, llamado por su excelencia en el arte de la guerra el Gran Capitán.
Militar español al servicio de los Reyes Católicos. Miembro de la nobleza andaluza (perteneciente a la Casa de Aguilar), hijo segundo del noble caballero Pedro Fernández de Córdoba, V Señor de Aguilar de la Frontera y de Priego de Córdoba, que murió muy mozo, y de Elvira de Herrera y Enríquez, hija de Pedro Núñez de Herrera, señor de Pedraza y de Blanca Enríquez de Mendoza, quien fue hija de Alonso Enríquez, Almirante de Castilla (hijo de Fadrique Alfonso de Castilla) y de Juana de Mendoza "la Ricahembra".
Gonzalo y su hermano mayor, conocido como Alonso de Aguilar o Alfonso Fernández de Córdoba, se criaron en Córdoba al cuidado del prudente y discreto caballero Don Pedro de Cárcamo. Siendo niño fue incorporado al servicio del príncipe Alfonso, hermano de la luego reina Isabel I de Castilla como paje y, a la muerte de éste, pasó al séquito de la princesa Isabel. La hermana de ambos cordobeses, conocida con el nombre de Leonor de Arellano y Fernández de Córdoba, casaría con Martín Fernández de Córdoba, Alcaide de Los Donceles.
Fiel a la causa isabelina, inició la carrera militar que le correspondía a un segundón de la nobleza en la Guerra de Sucesión Castellana y en la de Granada, donde sobresalió como soldado en el sitio de Tájara (plaza que también se conoce como castillo de Tajarja o torre de Tájara, situada en el actual pago de las Torres de Huétor-Tájar, Granada1 ) y la conquista de Íllora: Espía y negociador, se hizo cargo de las últimas negociaciones con el monarca nazarí Boabdil para la rendición de la ciudad a principios de 1492.
En recompensa por sus destacados servicios, recibió una encomienda de la Orden de Santiago, el señorío de Órgiva, provincia de Granada, y determinadas rentas sobre la producción de la seda granadina, lo cual contribuyó a engrandecer su fortuna.
En 1494 fallece el rey Fernando I de Nápoles, hijo de Alfonso V de Aragón, y es proclamado rey su hijo Alfonso II de Nápoles.
Carlos VIII de Francia decide que, para reconquistar los Santos Lugares (objetivo principal de muchos reyes coetáneos), debía conquistar los territorios de Italia. Para cubrirse las espaldas, firmó con el rey Fernando un tratado secreto, que, en las cláusulas difundidas, era una alianza contra los turcos, pero, en secreto, fue una alianza de amistad. Es decir, España no se interpondría a Francia en sus guerras salvo contra el Papa, lo mismo que haría Francia. Pero cuando Fernando descubrió las intenciones de Carlos VIII, actuó hábilmente, considerando a Nápoles un territorio infeudado al Papa, y por lo tanto, de su incumbencia. Fernando II de Aragón inicia una ofensiva diplomática para ayudar a su pariente, consiguiendo la aprobación del Papa de Roma y de Florencia y la neutralidad de Venecia
En 1495 se convoca a los puertos del Cantábrico y de Galicia para que aporten naves que debían concentrarse en Cartagena y Alicante, y ponerse a las órdenes de Galcerán de Requesens, conde de Trivento y general de las galeras de Sicilia.
Se reúnen 60 naves y 20 leños, y embarcan 6.000 soldados de a pie y 700 jinetes. Gonzalo Fernández de Córdoba se pone al frente de la expedición.
Salen a la mar con mal tiempo, y el convoy se divide en dos. El grupo de vanguardia, el de Requesens, llega a Sicilia, donde espera en Mesina la llegada de los transportes con las tropas, que llegan el 24 de mayo.
Pasa la flota a Calabria, ocupando Regio de Calabria y los pueblos circundantes. El rey de Nápoles, Alfonso, es derrotado en Seminara. Mientras Fernández de Córdoba maniobra con gran habilidad y tiene varios éxitos, entre los que se incluyen la larga marcha a Atella que le permitió llegar oportunamente a combatir, Requesens se presenta con sus galeras frente a la ciudad de Nápoles. El duque de Montpensier, lugarteniente de Carlos VIII, decide salir de las murallas de la ciudad para evitar el desembarco, y el pueblo de Nápoles, al ver salir a las tropas francesas, se subleva, teniendo que refugiarse los pocos franceses que quedaban en los castillos Nuevo y del Huevo. Aparece una flota francesa con 2.000 hombres de refuerzo, pero decide no enfrentarse a Requesens y desembarca a su gente en Liorna. Montpensier se ve obligado a retirarse hacia Salerno, y Nápoles cae en poder de los españoles.
Fallece el rey Ferrante II de Nápoles y le sucede su tío Don Fadrique.
Quedan en manos francesas Gaeta y Tarento. Requesens organiza dos escuadras, una con cuatro carracas y cinco naos que bloquea Gaeta, y otra con cuatro naos, una carabela y dos galeras para guardar la costa e interceptar socorros a los franceses. Esta última apresó una nave genovesa con 300 soldados y cargamento de harina.
Los venecianos cooperaban vigilando los puertos de Génova y Provenza.
En las filas francesas se declara la peste, de la que fallece Montpensier con muchos de sus soldados. Gaeta se ve obligada a capitular, pudiendo llevarse los franceses todas sus pertenencias. Embarcan hacia Francia, pero un furioso temporal hunde sus naves.
Una vez asegurado el reino de Nápoles para Don Fadrique, reúne a sus tropas con intención de disolverlas, pero el Papa le pide que le ayude. Un tal Menaldo Guerra, corsario vizcaíno, se había apoderado de Ostia y su castillo bajo bandera francesa, cerrando el Tíber y sometiendo a contribución a Roma. Las tropas españolas atacan y toman Ostia y su castillo, y el Papa Alejandro VI concede a Fernández de Córdoba la Rosa de Oro.
Después de tres años de campaña, en 1498 regresan a España las tropas españolas, dejando el reino de Nápoles en manos de Don Fadrique.
En esta campaña Gonzalo Fernández de Córdoba gana su sobrenombre de El Gran Capitán y el título de Duque de Santángelo.
Terminada la guerra, Fernández de Córdoba gobernó como virrey en Nápoles durante cuatro años, con toda la autoridad de un soberano. Fue instrumental en el envío a España como prisionero en 1504 de César Borgia , hijo del Papa español Alejandro VI (Rodrigo Borgia), que había sido envenenado en 1503, para su custodia en Chinchilla.
Pero al escapar éste en 1506 a Navarra y pasar de haber sido Obispo de Pamplona en su infancia gracias a su padre , a ser ahora Condestable de Navarra por su cuñado el Rey Consorte navarro Juan III de Albret, marido de la Reina Titular de Navarra Catalina I, quienes luchaban por evitar la absorción de su pequeño reino por una coalición navarra - castellano - aragonesa , César Borgia perdería la vida en la Batalla de Viana en marzo de 1507. Los beamonteses navarros verían más de un 80% del territorio del reino incorporado a los dominios de Fernando II de Aragón y de su nueva y joven esposa Germana de Foix en 1512 tal como propugnaban y en el interregno 1516 - 1520 a los de su nieto. Un importante miembro del Consejo Real de Juan III de Albret, colega de César Borgia, fue precisamente el padre del luego famoso Jesuita San Francisco Javier, enviado por el Fundador de la Orden San Ignacio de Loyola a India y Japón para evangelizar por los privilegios papales concedidos a los portugueses e implementados en la Cancillería para Asuntos de Oriente en Lisboa del Rey Juan III de Portugal "El Piadoso".
Muerta ya Isabel la Católica, se hizo el Rey Fernando el Católico eco de los envidiosos del general y, temeroso de que se hiciese independiente, le quitó el mando, y aunque no está demostrado que le pidiese cuentas; Gonzalo, para justificar que lo que se decía de él no era cierto, presentó unas cuentas (que se conservan en el Archivo General de Simancas) con tal detalle, que han quedado como ejemplo de meticulosidad en la lengua popular. Si es cierto, en cambio, que no cumplió a tan ilustre caudillo los ofrecimientos que le había hecho, pese a sus deseos de volver a Italia. Gonzalo entonces, se retiró a Loja, donde murió en 1515.
El Gran capitán fue un genio militar excepcionalmente dotado, que por primera vez manejó combinadamente la infantería, la caballería, y la artillería aprovechándose del apoyo naval. Supo mover hábilmente a sus tropas y llevar al enemigo al terreno que había elegido como más favorable. Revolucionó la técnica militar mediante la reorganización de la infantería en coronelías (embrión de los futuros tercios). Idolatrado por sus soldados y admirado por todos, tuvo en su popularidad su mayor enemigo
Aunque puede que no sea más que una leyenda, se cuenta que el rey Fernando el Católico pidió a don Gonzalo cuentas de en qué había gastado el dinero de su reino. Esto habría sido visto por éste como un insulto. De la respuesta hay varias versiones, la más común diría:
Por picos, palas y azadones, cien millones de ducados; por limosnas para que frailes y monjas rezasen por los españoles, ciento cincuenta mil ducados; por guantes perfumados para que los soldados no oliesen el hedor de la batalla, doscientos millones de ducados; por reponer las campanas averiadas a causa del continuo repicar a victoria, ciento setenta mil ducados; y, finalmente, por la paciencia de tener que descender a estas pequeñeces del rey a quien he regalado un reino, cien millones de ducados.
Cierta la anécdota o no, la expresión las cuentas del Gran Capitán han quedado como frase hecha para una relación poco pormenorizada o para una explicación pedida por algo a la que no se tiene derecho.
De su matrimonio con María Manrique de Lara y Espinosa, tuvo una hija y única heredera, pues una hija anteriormente había sido asesinada por un consejero de la corte, ya que era su hijo al haber mantenido relaciones sexuales con María Manrique.
jueves, 6 de mayo de 2010
jueves, 29 de abril de 2010
ARTICULO PRIMERO.
En este primer artículo voy a hacer referencia a algunas de las batallas romanas sucedidas en Hispania.
Hispania fue siempre foco de atracción en la antigüedad, por varios motivos, primero su posición estratégica, segundo por sus riquezas naturales y tercero por el clima.
Fueron varios los factores que operaron en la romanización de Hispania, primero las comunicaciones, segundo la cultura romana, tercero y fundamental la lengua, cuarto y clave el Derecho Romano y por último el ejercito.y no nos olvidemos de la moneda romana.
Poco a poco iremos desgranando estos factores en posteriores artículos.
Batalla de Cissa fue parte de la Segunda Guerra Púnica. Se libró en el otoño del 218 a. C. al sur de la ciudad griega de Tarraco, en el noreste de España. El ejército romano, bajo Cneo Cornelio Escipión, derrotó a un ejército cartaginés en desventaja numérica mandado por Hannón y por lo tanto, obtuvo el control del territorio al norte del río Ebro, del que Aníbal se había apoderado unos meses antes, en el verano de 218 a. C. Esta fue la primera batalla que los romanos lucharon en España.
Tras la conclusión con éxito del Sitio de Sagunto, Aníbal Barca dejó descansar a su ejército, y en el verano de 218 a. C., habían comenzado a avanzar hacia Italia con 90.000 infantes y 12.000 jinetes (según Polibio), o 46.000 hombres a pie y 10.000 a caballo. Había pasado el verano conquistando la zona situada al norte del río Ebro. Después de someter a las tribus hispanas, pero dejando pacíficamente las ciudades griegas, Aníbal cruzaba la Galia para continuar su marcha a Italia, dejando a un contingente de guardia de los territorios recién conquistados y enviando a un contingente de 10.000 soldados poco fiables a casa.
La armada romana movilizó en 219 a. C. 220 quinquerremes para apoyo en la Segunda guerra iliria. El cónsul Tiberio Sempronio Longo recibió 4 legiones (2 romanas y 2 aliadas, 8.000 romanos a pie y 16.000 aliados más 600 jinetes romanos y 1.800 aliados) y las instrucciones de navegar por África acompañado por 160 quinqueremes. Publio Cornelio Escipión recibió 4 legiones (8.000 romanos y 14.000 aliados de infantería más 600 romanos y 1.600 aliados a caballo) e izó la vela hacia España acompañado por 60 navíos. Sin embargo, las tribus galas boios e ínsubros habían atacado las colonias romanas del norte de Italia, causando que Escipión destinara parte de las fuerzas allí, con lo que su sustitución por legiones frescas retrasó su salida.
Si bien Aníbal marchó a través de la Galia, Escipión había desembarcado con su ejército en la ciudad griega aliada de Masilia. A continuación, envió una patrulla de caballería al norte hasta la orilla oriental del río Ródano, donde se enfrentaron con la misma fuerza a la caballería ligera númida, expulsando a los cartagineses después de luchar una dura escaramuza. Escipión marchó al norte desde su base, mientras que Aníbal marchó hacia el este de los Alpes. Una vez en el desierto campamento cartaginés, Escipión se enteró de que Aníbal se encontraba a 3 días de marcha, y decidió enviar sus fuerzas a España bajo el mando de su hermano mayor, Cneo, que era cónsul desde 221 a. C., en tanto que él mismo volvió a organizar en el norte de Italia las defensas contra Aníbal.
Asdrúbal Barca, hermano de Aníbal, tenía 12650 soldados de infantería, 2550 de caballería y 21 elefantes en las posesiones cartaginesas al sur del Ebro. Aníbal dejó a Hannón con 10000 de infantería y 1000 de caballería guarneciendo el recién conquistado territorio al norte del Ebro. Hannón ha sido identificado por varios autores como el sobrino de Aníbal (hijo de Asdrúbal el Bello), un hermano o sin ninguna relación con los bárcidas.
Cneo Cornelio Escipión, con 20000 soldados de infantería (2 legiones romanas y 2 aliadas) 2200 de caballería y 60 Quinqueremes, zarpó de Massilia y aterrizó en Emporiae, en España. Las ciudad griega de Emporiae y la ciudad íbera de Cesse (la Tarraco íbera) dieron la bienvenida a los romanos, y Cneo comenzó a ganarse a las tribus iberas al norte del Ebro. Asdrúbal Barca, después de ser advertido de la expedición romana, marchó al norte con un ejército de 8000 soldados de infantería y 1000 de caballería a unirse a Hannón
Hannón había sido completamente sorprendido por la llegada de los romanos en España. Al ver el aflojamiento de las garras cartaginesas sobre las recién conquistadas tribus del norte debido a las actividades de Escipión, decidió ofrecer batalla. Hannón avanzó y atacó a los romanos al norte de Tarraco, cerca de un lugar llamado Cissa o Kissa. No hubo brillantes maniobras o emboscadas, los ejércitos formaron y se enfrentaron. Al ser en número dos a uno, Hannón fue derrotado con relativa facilidad, perdiendo 6000 hombres en la batalla. Por otra parte, los romanos consiguieron capturar el campamento cartaginés, junto con 2000 prisioneros y Hannón mismo. En el campamento figuraban todos los equipajes dejados por Aníbal. Entre los presos también se incluye Indíbil, un influyente caudillo íbero que causaría más tarde graves problemas a los romanos. Los romanos también irrumpieron en la ciudad de Cissa, a pesar de que, para frustración de los romanos, no contenía ningún botín valioso.
Cneo se convirtió en dueño del norte del Ebro. Asdrúbal, que llegó demasiado tarde a ayudar a Hannón y aunque no era lo suficientemente fuerte como para atacar a los romanos, todavía cruzó el río y envió una columna que hostigó a la caballería y la infantería en una escaramuza. Esta fuerza capturó a marineros romanos, e infligió tales bajas que la eficacia de la flota romana en España se redujo de 60 a 35 buques. La flota romana sin embargo, allanó las posesiones cartaginesas en España. El prestigio romano se estableció en España, mientras que los cartagineses habían sufrido un importante revés. Después de castigar a los oficiales a cargo de los contingentes navales por la laxitud de su disciplina, Escipión y el ejército romano invernaron en Tarraco. Asdrúbal se retiró a Cartagena después de la deserción de algunas ciudades aliadas al sur del Ebro.
Si Hannón hubiera ganado la batalla, hubiera sido posible enviar refuerzos de la Hispania Barcida a Aníbal a partir de 217 a. C. Esta batalla trajo los mismos resultados de Escipión en España como la batalla del Trebia traería para Aníbal en Italia: el logro de una base de operaciones, ganarse a más de alguna tribu nativa como fuente de provisiones y reclutas, también cortó la comunicación por tierra de Aníbal desde su base en España. A diferencia de Aníbal, Escipión no puso en marcha inmediatamente una campaña en territorio enemigo al sur del río. Tampoco se arriesgó a perder su base, como haría Aníbal en un futuro próximo. Escipión tomó tiempo para consolidar sus explotaciones, subyugar o aliarse con las tribus hispanas y practicar incursiones en territorio cartaginés. Estas actividades sentaron las bases para las futuras operaciones en España.
En este primer artículo voy a hacer referencia a algunas de las batallas romanas sucedidas en Hispania.
Hispania fue siempre foco de atracción en la antigüedad, por varios motivos, primero su posición estratégica, segundo por sus riquezas naturales y tercero por el clima.
Fueron varios los factores que operaron en la romanización de Hispania, primero las comunicaciones, segundo la cultura romana, tercero y fundamental la lengua, cuarto y clave el Derecho Romano y por último el ejercito.y no nos olvidemos de la moneda romana.
Poco a poco iremos desgranando estos factores en posteriores artículos.
Batalla de Cissa fue parte de la Segunda Guerra Púnica. Se libró en el otoño del 218 a. C. al sur de la ciudad griega de Tarraco, en el noreste de España. El ejército romano, bajo Cneo Cornelio Escipión, derrotó a un ejército cartaginés en desventaja numérica mandado por Hannón y por lo tanto, obtuvo el control del territorio al norte del río Ebro, del que Aníbal se había apoderado unos meses antes, en el verano de 218 a. C. Esta fue la primera batalla que los romanos lucharon en España.
Tras la conclusión con éxito del Sitio de Sagunto, Aníbal Barca dejó descansar a su ejército, y en el verano de 218 a. C., habían comenzado a avanzar hacia Italia con 90.000 infantes y 12.000 jinetes (según Polibio), o 46.000 hombres a pie y 10.000 a caballo. Había pasado el verano conquistando la zona situada al norte del río Ebro. Después de someter a las tribus hispanas, pero dejando pacíficamente las ciudades griegas, Aníbal cruzaba la Galia para continuar su marcha a Italia, dejando a un contingente de guardia de los territorios recién conquistados y enviando a un contingente de 10.000 soldados poco fiables a casa.
La armada romana movilizó en 219 a. C. 220 quinquerremes para apoyo en la Segunda guerra iliria. El cónsul Tiberio Sempronio Longo recibió 4 legiones (2 romanas y 2 aliadas, 8.000 romanos a pie y 16.000 aliados más 600 jinetes romanos y 1.800 aliados) y las instrucciones de navegar por África acompañado por 160 quinqueremes. Publio Cornelio Escipión recibió 4 legiones (8.000 romanos y 14.000 aliados de infantería más 600 romanos y 1.600 aliados a caballo) e izó la vela hacia España acompañado por 60 navíos. Sin embargo, las tribus galas boios e ínsubros habían atacado las colonias romanas del norte de Italia, causando que Escipión destinara parte de las fuerzas allí, con lo que su sustitución por legiones frescas retrasó su salida.
Si bien Aníbal marchó a través de la Galia, Escipión había desembarcado con su ejército en la ciudad griega aliada de Masilia. A continuación, envió una patrulla de caballería al norte hasta la orilla oriental del río Ródano, donde se enfrentaron con la misma fuerza a la caballería ligera númida, expulsando a los cartagineses después de luchar una dura escaramuza. Escipión marchó al norte desde su base, mientras que Aníbal marchó hacia el este de los Alpes. Una vez en el desierto campamento cartaginés, Escipión se enteró de que Aníbal se encontraba a 3 días de marcha, y decidió enviar sus fuerzas a España bajo el mando de su hermano mayor, Cneo, que era cónsul desde 221 a. C., en tanto que él mismo volvió a organizar en el norte de Italia las defensas contra Aníbal.
Asdrúbal Barca, hermano de Aníbal, tenía 12650 soldados de infantería, 2550 de caballería y 21 elefantes en las posesiones cartaginesas al sur del Ebro. Aníbal dejó a Hannón con 10000 de infantería y 1000 de caballería guarneciendo el recién conquistado territorio al norte del Ebro. Hannón ha sido identificado por varios autores como el sobrino de Aníbal (hijo de Asdrúbal el Bello), un hermano o sin ninguna relación con los bárcidas.
Cneo Cornelio Escipión, con 20000 soldados de infantería (2 legiones romanas y 2 aliadas) 2200 de caballería y 60 Quinqueremes, zarpó de Massilia y aterrizó en Emporiae, en España. Las ciudad griega de Emporiae y la ciudad íbera de Cesse (la Tarraco íbera) dieron la bienvenida a los romanos, y Cneo comenzó a ganarse a las tribus iberas al norte del Ebro. Asdrúbal Barca, después de ser advertido de la expedición romana, marchó al norte con un ejército de 8000 soldados de infantería y 1000 de caballería a unirse a Hannón
Hannón había sido completamente sorprendido por la llegada de los romanos en España. Al ver el aflojamiento de las garras cartaginesas sobre las recién conquistadas tribus del norte debido a las actividades de Escipión, decidió ofrecer batalla. Hannón avanzó y atacó a los romanos al norte de Tarraco, cerca de un lugar llamado Cissa o Kissa. No hubo brillantes maniobras o emboscadas, los ejércitos formaron y se enfrentaron. Al ser en número dos a uno, Hannón fue derrotado con relativa facilidad, perdiendo 6000 hombres en la batalla. Por otra parte, los romanos consiguieron capturar el campamento cartaginés, junto con 2000 prisioneros y Hannón mismo. En el campamento figuraban todos los equipajes dejados por Aníbal. Entre los presos también se incluye Indíbil, un influyente caudillo íbero que causaría más tarde graves problemas a los romanos. Los romanos también irrumpieron en la ciudad de Cissa, a pesar de que, para frustración de los romanos, no contenía ningún botín valioso.
Cneo se convirtió en dueño del norte del Ebro. Asdrúbal, que llegó demasiado tarde a ayudar a Hannón y aunque no era lo suficientemente fuerte como para atacar a los romanos, todavía cruzó el río y envió una columna que hostigó a la caballería y la infantería en una escaramuza. Esta fuerza capturó a marineros romanos, e infligió tales bajas que la eficacia de la flota romana en España se redujo de 60 a 35 buques. La flota romana sin embargo, allanó las posesiones cartaginesas en España. El prestigio romano se estableció en España, mientras que los cartagineses habían sufrido un importante revés. Después de castigar a los oficiales a cargo de los contingentes navales por la laxitud de su disciplina, Escipión y el ejército romano invernaron en Tarraco. Asdrúbal se retiró a Cartagena después de la deserción de algunas ciudades aliadas al sur del Ebro.
Si Hannón hubiera ganado la batalla, hubiera sido posible enviar refuerzos de la Hispania Barcida a Aníbal a partir de 217 a. C. Esta batalla trajo los mismos resultados de Escipión en España como la batalla del Trebia traería para Aníbal en Italia: el logro de una base de operaciones, ganarse a más de alguna tribu nativa como fuente de provisiones y reclutas, también cortó la comunicación por tierra de Aníbal desde su base en España. A diferencia de Aníbal, Escipión no puso en marcha inmediatamente una campaña en territorio enemigo al sur del río. Tampoco se arriesgó a perder su base, como haría Aníbal en un futuro próximo. Escipión tomó tiempo para consolidar sus explotaciones, subyugar o aliarse con las tribus hispanas y practicar incursiones en territorio cartaginés. Estas actividades sentaron las bases para las futuras operaciones en España.
martes, 27 de abril de 2010
Queridos lectores.
Estamos en un momento muy difícil de nuestra Historia y es ahora cuando más tenemos que aprender del pasado, de las lecciones que nos dejó.
Esta página pretende ser pues un acercamiento de la Historia para disfrute y utilidad de todos, grandes y pequeños, y a demás a través de mi email que sea también un foro de charla sobre Historia, Derecho y Arqueología.
Procuraré actualizar mi Blog de forma periódica con comentarios, artículos y curiosidades sobre la Historia.
Me voy a centrar principalmente en la Historia de España, dejando la de otros países para futuros colaboradores.
Antes de terminar decir que espero que disfruten del Blog y de su contenido y los que amamos el Pasado estaremos en contacto.
Muchas gracias.
Estamos en un momento muy difícil de nuestra Historia y es ahora cuando más tenemos que aprender del pasado, de las lecciones que nos dejó.
Esta página pretende ser pues un acercamiento de la Historia para disfrute y utilidad de todos, grandes y pequeños, y a demás a través de mi email que sea también un foro de charla sobre Historia, Derecho y Arqueología.
Procuraré actualizar mi Blog de forma periódica con comentarios, artículos y curiosidades sobre la Historia.
Me voy a centrar principalmente en la Historia de España, dejando la de otros países para futuros colaboradores.
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